Hoy alguien me dice...

jueves, 27 de marzo de 2008

Que falta muy, pero que muy poquito para el final ya...
Y si se termina, ¿existe la posibilidad de un 'continuará'?
Un final es un final y punto, pero no tiene por qué terminarse todo lo que ese final engloba ¿no?

¿Quién ocupará el sitio entonces, que tú has ocupado todo un año en mi pupitre de al lado?
¿Y cuando me gire? ¿Me encontraré a las mismas personas que me hacían sonreír?
¿Y si escucho esa voz la reconoceré como la de esa persona, que durante tantos años ha conseguido hacerme reír con su buen humor?

Llegará un punto en la vida, no muy lejano, que las risas se ahogen en mi garganta, que la vista se me nuble al no ver el paisaje que he contemplado durante 13 años en mi vida. Tendré que contemplar otro, pero es tan dificil enfrentarse al olvido...

Memoria

miércoles, 19 de marzo de 2008

Un recopilatorio de todo lo vivido. Los momentos felices que ocupen los primeros puestos de las fotos que observemos, los malos que no tengamos ni siquiera tiempo para poder verlos.
Las imágenes que no pasen rápidamente, y que mientras suena esa clásica canción, todo se te haga más real. En una, ambos cogidos de la mano; en otra, ese paseo que se dio hace ya tanto tiempo...

Llegar al final del album e intentar olvidar la hipocresía de las últimas fotos. Odiar lo que se pretendió ser, y simplemente echar a correr. Y correr, y correr. Sin saber donde llegar. Simplemente teniendo la esperanza de encontrarlo. Que los árboles te pasen zumbando a tu lado, que el camino de tierra se vaya haciendo cada vez más silvestre a medida que avances.

Con la seguridad de pararte luego en seco, y ver que lo has encontrado... de nuevo.

A palabras necias...

viernes, 14 de marzo de 2008

En realidad eso es algo que se ha de aguantar siempre. Aprendí a tragar y a digerir.
Prometí que lo haría, y tengo que hacerlo.
A veces es tan duro que me gustaría quedarme sorda durante unos momentos, ver las caras de las personas y tener como único enigma a resolver, el tema que se está tratando. Ver el disfrute a ciegas.
A veces quiero verla reir por algo que a mi no me hace llorar.
A veces lo único que quiero es tomar cartas en el asunto, pero me resigno y sigo tragando, y digiriendo.
Y tragaré siempre que pueda, hasta que llegue el momento en el que vomite todo, y mi yo, no pueda aguantar más la situación.
A mi que me cierren todo, que a veces no quiero ni oir, ni ver, ni hablar.
No me queda otra que aguantar...

Dame el costurero

lunes, 10 de marzo de 2008

No se puede arreglar lo que se rompió hirbanándolo de mala manera.
Es necesario cojer la aguja y coserlo bien.
Pero le queda mucho a esto por romperse, será mejor que siempre lleve conmigo la aguja por si acaso...

De esto que no falte, no

lunes, 3 de marzo de 2008

Hoy no hay ni texto sentimental ni pensamientos sacados de lo más dentro del cuerpo, no. Hoy toca lo que se dice un buen desahogo.
Tras una buena semanita de exámenes, estudiando en una habitación, entre cuatro paredes, y solo viendo la luz del sol cuando el examen era lo suficientemente corto como para permitirme salir a la calle; el primer golpe tuvo lugar un domingo. Sí, como guinda del pastel, vamos.
Subo al autobús, que ultimamente están todo sumamente llenos por la huelga de autobuses esta, pues nada, solo eran 4 paradas las mías, y me coloqué justo a la salida. Cuando solo me faltaban 2 paradas para bajarme, entra una jovencita con, lo que se dice las ideas muy claras, y ahí, imponiendo como si estuviera en su casa.
- ¡Es que de verdad, hay sitio suficiente en la parte de atrás del autobús! ¡Pasen para atrás y dejen la parte de delante libre que no se puede pasar!
Muy bien, cada uno estaba a su bola (nota importante: yo estaba casi en la parte del final, pero casi al principio)
- Ni caso vamos, me parece increíble.

A lo que yo me pregunto, que qué hace una viajera como todos los demás, subiéndose a un autobús para imponer orden vamos. Quiere que la gente la haga caso, pues que se coja el megáfono, o simplemente 'ajo y agua' y te pasas atrás tú solita, y mira, tienes más hueco para estar a tus anchas vamos, que ahí no tienes a nadie ni que te agarre ni te empuje. Pero al autobús, con los humitos rebajados y tranquilita, que no es tuyo; por favor y gracias.

Como preludio para lo bien que me va a ir esta semanita; hoy ha tocado más entrega de exámenes, yo mira que ya me sabía las notas que me iba a sacar porque soy muy previsible (para mí misma) en estos asuntos. Nuestra querida Mª Patata (a.k.a. 'Padre'), me entrega el querido examen de religión con un gran 3 escrito en la parte posterior. Exijo respuestas y explicaciones para intentar mejorar en la siguiente evaluación. Pero no, como la profe tiene un mal día, pues toca pagarlo con 1º, ahí, de mal humor. Ni explicaciones razonadas sobre mis supuestas erróneas respuestas, ni nada, aquí nos lavamos las manos. Que tienes el examen lleno de palabras, no me apetece leerlo, te pongo todo mal y vas con una a junio, que le caes bien, ¡uy! has tenido suerte y a lo mejor te lo corrige; que ya eres uno de los ojitos derechos del cole, ten por sentado que tienes más de un siete. Como punto final, la entrada triunfal del espejito que nos ayuda a estar guapos en clase, pero no, no en clase de religión, lo que ha provocado una masiva bajada de puntos en toda la clase. Efectivamente de un 3, a un 2.
Y ahora es cuando digo, como me gusta estudiar día a día, para no obtener nada.

El juego de la vida

sábado, 1 de marzo de 2008


Me he acordado que en este juego las reglas han sido establecidas hace ya mucho tiempo. Que al final siempre perdemos todos, pero gana quien más vicotrias haya acumulado durante todo su recorrido.
No soy buena perdedora, pues llevo más derrotas acumuladas que partidas ganadas, y aún mi equipo no se acostumbra.
Estoy cansada de avanzar 10 casillas y que, una y otra vez me coman, para volver a retroceder y contar de nuevo.
A veces intento aliarme con los miembros de otro equipo, pero en cuanto ven la salida clara hacia el triunfo, me vuelven a dejar atrás, a manos de mi caída.
¿Mi meta? ¿Hay meta? ¿Tenemos meta?
Me conformo con que mi meta sea superar esos baches, y no tener que pasar millones de veces por el mismo camino sin que me engullan de nuevo.
¿Mi meta? No hay meta...
Audio.