Cuesta tanto...

lunes, 5 de noviembre de 2007

- ¿Qué te pasa?
- ¿A mí?
- Sí, a ti.
- A mi nada, ¿Por?
- Vamos, no me mientas, algo te pasa para que estés así.
Ella agachó la cabeza y la escondió entre sus rodillas.
- Supongo que se me pasará dentro de poco. Algo pasajero.
- ¿Por qué no me lo quieres contar?
- Porque no hay nada que contar...
Se levantó del poyete helado de la calle, y salió dispara hacia su casa mientras su mejor amiga se alejaba mirándola con melancolía en los ojos.
Y esa tarde la pasó mal.
Deseando cada momento haber podido soltar toda esa pena que tenía dentro, deseando haber podido contarle a la persona en quien más confía lo que en realidad la estaba carcomiendo en su interior.
Lo pasó mal.
Sí.
Pero no podía contarle la verdad a su amiga, era todo demasiado embarazoso, demasiado SUYO, como para poder compartirlo.
Por eso deseó una y otra vez que el olvido enterrara esos sentimientos, y mientras la noche pasaba y la angustia la invadía, tan solo podía pensar en tener ahí a una única personita que la pudiera abrazar y susurrar al oído "Esto se pasará".

A veces solo necesitamos soltar todo lo que llevamos dentro, para permitir que esa persona que siempre está ahí para ayudar, nos tienda también la mano.

2 me han dicho...:

Alba Messa dijo...

jajaja a veces hay que cambiar de aires :D un besito

Achiperre dijo...

y para eso está el papel...
escribir lo que no puedes contar a nadie... escribir lo que ni siquiera sabes que estás sintiendo...
el papel!!mi fiel amigo...

saludos